Hija del viento en esta tarde
agreste
atravieso los altos árboles
dormidos
y caigo ausente en las copas de
cipreses
Hay lanzas de lirios en mis venas
y escombros de cruces en mis
arterias
el río de la sangre enfurecido
hierve
Se perpetúan ángeles de misterio
detrás de mis ojos que no duermen
y un nudo nostalgioso me hace
triste
Se mecen astros en el limbo de mi
talla
perpetuando las formas en la
carne
que no se ajusta a la belleza
errante
Duermo en un lecho de torrentes
donde la arena se pierde entre
dos ríos
y amarga es la puja en una y otra
vida
Mi boca se abre matutina y salen
mares
que voluptuosos me empujan a la
deriva
y entre la blanca espuma
permanezco viva
Mi corazón quiere latir como un
responso
pero no puede ser más que ciervo
herido
y dar sonido de lamento entre los
pinos
Mis manos guardan rosas rotas de
cristales
y una calandria retraída entre
vellones
y todo eso inciertamente bello,
condiciona
Azul de malva, de índigo, de lino
rojo de sangre, de rubí o de
amapola
pinta mis sueños para no dejarme
sola
María Inés
Me gusta rosa rotas de cristales. Saludos!
ResponderEliminar¡Gracias por su visita! Saludos.
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