A pulso voy detrás de las
palabras
buscando aquel vocablo que defina
la intensa profecía que me anima
sin poder expresar las emociones
mismas
Tal vez un parecido se aproxima
cuando digo amor y mi ser tiembla
pero si escribo amor, aun
sintiendo
pondré solo palabras manifiestas
Cada letra hará eco en la otra
orilla
y se agitará por ella el agua
quieta
pero nunca, jamás podrá su
estrella
ser fiel reflejo de mi esencia
Huelo las palabras en la selva
en la tierra húmeda y espesa
en el musgo esponjoso cuando
llueve
y en las copas de árboles
inmensos
Acaricio las palabras en los
cuerpos
en los hocicos tristes de los
perros
en los frutos perfumados y
perfectos
y en la mano vacía del pequeño
Abrazo la palabra en mis hijos
en la tiesa soledad de los
ancianos
en aquellos desamparos sin cobijo
y en la sin voz de aquel que no
ha nacido
Persigo la palabra en la justicia
en la voraz mentira que limita
en aquella que es verdad entre
familia
y en la que hecha ley no se
reprime
Observo la palabra que de prisa
se avergüenza al nacer y cae de
avaricia
también aquella que feliz, trae
noticias
o la del sí de quien ama y da su
vida
Beso dulce la palabra entre tus
labios
en cada verso que me inspiras
en el asombro abierto hacia tu
herida
y en la brutal melancolía que te
anida
Al fin de cuentas solo sé que
busco
en ese idioma limitado que me
dieron
expresar sin límites el Universo
pero no alcanzan las letras ni
los versos
María Inés
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